Hace poco os explicaba Roberto sus funciones como guía.
Ahora me toca a mí para explicar que es lo que siento mientras competimos. Esto
es algo que me han preguntado mucho, así que espero os guste.
Previamente a cualquier carrera definimos cual va a ser la
estrategia (salir muy fuerte nadando, a qué ritmo vamos a correr, si vamos a
comer o no). Hay que dejarlo todo bien atado, ya que durante la carrera no
debemos improvisar nada.
Nadando jugamos con ventaja. Hemos nadado muchísimo juntos,
así que no nos molestamos nada. Roberto se dirige hacia las boyas y yo simplemente le sigo nadando a su lado.
Por la presión de la goma que llevamos atada a la pierna sé cuando tenemos que
girar.
En la bici vamos hablando todo el rato. Me informa si vienen
curvas, rotondas, cuando hay que parar y sobre todo, cuando hay que apretar. Yo
me escondo tras él y miro hacia debajo, apretando dientes y confío en él. Como me
gusta decir, “yo voy a rueda”.
Corriendo vamos atados de la cintura. Roberto va a la
izquierda ya que en este ojo no veo nada, así me siento más protegido. En este
segmento es donde más difícil lo tiene el guía. Corriendo por debajo de 4
min/km y avisándome de todos los
peligros ocultos. Además de los rivales.
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