Primero de todo, porque antes de que la enfermedad de Best avanzara,
ya hacía triatlón. Ni mucho menos a este nivel, pero ya había probado el
multideporte. Sí que es cierto que desde los 9 hasta los 20 y pocos años practicaba
natación, pero la personalidad de aquel Héctor poco tiene que ver al de ahora.
Cuando volví a hacer deporte, lo que realmente me gustaba era entrenar,
machacarme, era una víctima más del sobreentrenamiento.
Cuando entré a la ONCE y expuse mi caso, el ofrecimiento fue sencillo “si hacías triatlón, sigue haciéndolo”. Tras un tiempo de dudas, me decidí y enseguida me convencí. Como suelo decir, es lo mismo que hacía, pero de otra forma y seguro que no es peor. Puedo seguir entrenando sin descanso y competir a un nivel que antes era impensable.
Cuando entré a la ONCE y expuse mi caso, el ofrecimiento fue sencillo “si hacías triatlón, sigue haciéndolo”. Tras un tiempo de dudas, me decidí y enseguida me convencí. Como suelo decir, es lo mismo que hacía, pero de otra forma y seguro que no es peor. Puedo seguir entrenando sin descanso y competir a un nivel que antes era impensable.
Sí que es verdad que he probado alguna de las disciplinas
por separado, pero siempre como preparación para el triatlón y teniendo claro cuáles
son los objetivos. Cuando desapareció el sueño paralímpico de Río 2016 fue
mucha la gente que me dijo que probara en otro deporte. Sinceramente es algo que
de momento no me planteo. No sé si podría lograrlo o no, pero tengo claro cuál
es mi deporte y que si en Tokyo 2020 nos dejan, allí estaremos.
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