lunes, 12 de enero de 2015

Carrera tras el guía, 10kVLC


Roberto os explicaba cuales fueron sus sensaciones como guía, y las propias como corredor, en la 10k Divina Pastora de Valencia. Ahora os cuento yo como lo viví, pero es este caso como guiado.

Aunque llegamos con tiempo de sobra, entre localizar guardarropía y cambiarnos se nos va un poco el tiempo. Empezamos a calentar suave, pero vemos a muchos conocidos y amigos y apenas podemos trotar 5 minutos. Con lo puesto vamos al cajón de salida. Mucha gente, la carrera más adelante se estrecha, así que habrá que estar atentos a Roberto.

Pistoletazo de salida y primeros metros cogido del brazo de Roberto. No me fio, hay mucha gente, algunos haciendo locuras y no quiero sustos. Cuando se pasa la locura inicial, avanzar es imposible, vamos más despacio de lo previsto, pero aguantamos. Durante los tres primeros kilómetros llevamos el sol de cara y no veo absolutamente nada, bueno, para eso llevo a Roberto.


Llegamos al 3 y le sugiero a Roberto apretar, ya que parece que haya menos gente y las piernas piden guerra. Me dice que no es su día y que no va fino. Sé perfectamente a que se refiere, yo lo he sufrido en muchas ocasiones, así que decido no apretar del todo y aguantar un poco. Así van pasando los kilómetros hasta llegar al 9 donde Roberto me dice que no puede más. Veo a Kiko y Rosana, dos compañeros del club, y me vengo arriba. Decido ir empujando a Roberto hasta meta y llegar como un verdadero equipo.

El tiempo no es el esperado, pero me da lo mismo. He visto lo que ha sufrido Roberto y hemos conseguido llegar juntos, como amigos. El domingo lo tocó a él, pero más pronto que tarde no tendré yo el día y ahí estará él para empujarme.

Como sorpresa final, en la entrega de medallas estaba (junto a mi padre que nunca falla) Lucas, un amigo de Serra. Me encantó que estuviera allí,  poco más y me emociono. Gracias amigo!

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