viernes, 25 de septiembre de 2015

Campeonato del Mundo de triatlón


Después de la gran alegría del miércoles, afrontábamos la gran cita del viernes con menos nervios. Ya conocíamos los circuitos, boxes y toda la zona. A nivel de desgaste físico pensamos que no nos afectó demasiado. El miércoles por la tarde y el jueves fuimos al fisio de la selección para recuperar (gracias Bodo!). Esto, más un rodaje suave con el tándem y en la piscina nos dejó perfectos.

La noche anterior fueron todo nervios. El clima había cambiado radicalmente, tormenta y de las fuertes. Durante la tarde no paró de llover. Cuando nos acostábamos parecía de día de los relámpagos que había y el comentario común era que el día siguiente haríamos un duatlón. Con estas noticias nada alentadoras nos dormíamos sobre las 10 de la noche.

A las 4 de la mañana despertábamos y la tormenta seguía, aunque sin llover. Preparamos la mochila con todo más unos calcetines por si acaso había duatlón. Llegamos a la zona y cuando empieza a amanecer la tormenta ya ha remitido y se hará el triatlón. Bien, esto nos llena de energía. Todo preparado en boxes y a la salida.


A las 7:05 se daba nuestra salida. Con la experiencia del miércoles teníamos claro que la larga recta había que afrontarla de menos a más, y así fue. A mitad recorrido me doy cuenta que tenemos pegados a mi izquierda a alguien. Nos intercambiamos algún golpe (pero con Roberto!) pero salimos del agua con la sensaciones de haber nadado mejor que el miércoles. Luego veríamos que bajamos 40 segundos el tiempo y que hicimos el tercer mejor parcial de natación a escasos segundos del primero. Si hubiera nadado en agosto… (Sin excusas)

Subimos al tándem pegados a los terceros y con muchas ganas de demostrar la mejora sobre las dos ruedas. Muy a nuestro pesar no fue así. El circuito eran 4 vueltas y media totalmente llano, con 3 giros de 180º y dos de 90º. Queda clarísimo que nos falta potencia y kilómetros en las piernas. Toca seguir trabajando!

Nos bajamos a correr sextos y desde la primera zancada notamos ambos que hoy las piernas sí que responden. Vamos a muerte, es un mundial, no podemos guardarnos nada. A mitad de la segunda vuelta nos adelanta un rival, imposible seguirle (17 en el 5000), de momento. Contentos con el tiempo de carrera, circuito un poco largo que corrimos con ganas y arriesgando. Aunque sabemos que tenemos mucho margen de mejora.



La entrada a meta fue brutal, algún día me voy a partir las costillas de los golpes que me doy en el pecho. Además, la foto que nos hizo la organización resume muy bien el sentimiento que ambos teníamos. Primer año, Mundial y Europeo, queda mucho trabajo para estar arriba del todo, pero ganas y potencial de mejora tenemos. Esto simplemente ha sido un gran empujón al inicio del camino.

martes, 22 de septiembre de 2015

Subcampeones del Mundo de Acuatlón


Impresiona sólo de ver el título, casi tanto como nos impresionó ir al campeonato del Mundo en Chicago. Iremos desgranando poco a poco nuestra experiencia en los mundiales. De momento la crónica de la primera competición y, de momento, nuestro mayor título.

Decidimos inscribirnos en el acuatlón por varios motivos. Era dos días antes del triatlón, la competición importante, por lo que nos servía de entrenamiento y prueba perfecta para el viernes. Además, era nuestra competición, nadar y correr, perfecto. El formato era 1km nadando y 5k corriendo, que se vio reducido en la natación a 750m.

A las 10:25 del miércoles se daba la salida. Habíamos hablado mucho de la estrategia d carrera, pero aquí hay poca, ir a tope todo el rato. Apenas es media hora de competición. Empezamos en el agua fuerte, una única salida para todas las categorías e intentamos distanciarnos de nuestros rivales para poder correr con cabeza. Yo sabía que no iba a estar fino, ya que estar todo el mes de agosto sin nadar no me iba a favorecer nada. Así fue, tiempo bastante peor de lo que solemos hacer y sobre todo, salir del agua muy tocado.


Aun así salimos primeros de nuestra categoría y segundos de la general. Aunque Roberto ya me avisa que nuestro principal rival lo tenemos detrás. Transición rápida y empezamos a correr. Mal desde el primer metro. Voy ahogado, sin buenas sensaciones, me cuesta correr fluido y no hablemos de respirar. Roberto va muy bien, me anima, me controla respiración y me hace correr. A mitad de la primera vuelta nos pasan nuestros amigos y rivales (por ese orden) Dani y Jon. Hacemos intención de seguirles, pero yo no puedo. Se nos van, aunque no demasiado. Casi al final de la primera vuelta empiezo a recuperarme, a poder estirar la zancada, respirar bien y a correr a los ritmos que tengo en las piernas.

Recortamos bastante tiempo, nos ponemos segundos de la general y de nuestra categoría, apretamos hasta el final y entramos a 30 segundos del oro. Aunque es inevitable pensar que hubiera pasado si en agosto hubiera nadado, un subcampeonato del Mundo es premio más que suficiente a nuestra corta pero intensa trayectoria.

Roberto dice que me emocioné un poco en la recta de meta, pero eso lo negaré siempre. En esos segundos te vienen a la cabeza todos esos momentos duros, horas de entrenamiento, derrotas morales, decepciones y tienes muy claro que TODO vale la pena. Ojalá hubiera estado allí toda nuestra gente para disfrutar el momento con ellos. Pero hace tiempo me dijeron que no hace falta estar para ser, y así es.

viernes, 11 de septiembre de 2015

Campeones autonómicos de triatlón


Con un mar de dudas y muchas incertidumbres nos presentábamos el pasado sábado en el triatlón de Valencia. Era el campeonato autonómico de paratriatlón, por lo que no podíamos fallar, defendíamos título. Tan solo dos días antes me quitaban la escayola y apenas pude probar a nadar, sirvió para decidir que correría con férula.

Nuestra salida era a las 10:35 y tras dejar todo preparado en boxes nos dedicamos a relajarnos, desconectar y calentar en condiciones. A la hora prevista vamos a cámara de llamadas y allí vemos que éramos los únicos sin neopreno, primer error grave. Tal como estaba me hubiera ayudado mucho, pero ahora ya no había solución. Nos colocamos bien y empieza el Rock& Roll.


Salimos fuertes, como siempre. Llegamos a la primera boya, que no está muy lejos, y voy bastante entero, sorprendido y con ganas, pero al llegar a la segunda empieza la tortura. Es el tramo más largo (unos 500m) que se me hacen eternos. Me cuesta coger agua, deslizar, se me carga el brazo izquierdo y no encuentro sensaciones. Luego viendo los tiempos así lo demuestra, que un mes sin nadar era demasiado. Salimos, yo bastante tocado, pero con muchas ganas de coger el tándem.

Transición rápida y a volar por el circuito de fórmula 1. Desde el primer momento las sensaciones son muy buenas, la parte positiva de haber estado un mes escayolado es que el rodillo ha sido mi mejor amigo. Vamos muy rápidos, demasiado para el nivel de la prueba, picos de más de 50km/h y rodando al lado de gente con bici de montaña y sin experiencia. Nos hartamos de dar gritos para que nos den paso. Perdón si asustamos a alguien, pero mejor eso que provocar una caída.


Llegamos a la segunda transición y por lo que me dice Roberto llevamos bastante tiempo a nuestros rivales. Empezamos a correr y el primer tramo es una locura. Un pasillo muy estrecho, con maceteros enormes y con mucha gente alrededor. Aquí es donde Roberto se lució, simplemente me tuve que coger fuerte de su brazo y él me llevó perfectamente. El resto de circuito fue duro, pero por mi falta de ritmo de carrera. Aunque no había dejado de correr, no lo hacía a mis ritmos. Roberto aprovechó para vengarse de cuando yo le he apretado más. Sufriendo bastante, pero un buen test de cara al Mundial.


Luego contaba que era el triatlón donde más he sufrido, pero también es verdad que fue el más especial de todos. Correr “en casa” siempre es especial y si encima es rodeado de los tuyos, pues todo el sufrimiento cobra sentido.