martes, 22 de septiembre de 2015

Subcampeones del Mundo de Acuatlón


Impresiona sólo de ver el título, casi tanto como nos impresionó ir al campeonato del Mundo en Chicago. Iremos desgranando poco a poco nuestra experiencia en los mundiales. De momento la crónica de la primera competición y, de momento, nuestro mayor título.

Decidimos inscribirnos en el acuatlón por varios motivos. Era dos días antes del triatlón, la competición importante, por lo que nos servía de entrenamiento y prueba perfecta para el viernes. Además, era nuestra competición, nadar y correr, perfecto. El formato era 1km nadando y 5k corriendo, que se vio reducido en la natación a 750m.

A las 10:25 del miércoles se daba la salida. Habíamos hablado mucho de la estrategia d carrera, pero aquí hay poca, ir a tope todo el rato. Apenas es media hora de competición. Empezamos en el agua fuerte, una única salida para todas las categorías e intentamos distanciarnos de nuestros rivales para poder correr con cabeza. Yo sabía que no iba a estar fino, ya que estar todo el mes de agosto sin nadar no me iba a favorecer nada. Así fue, tiempo bastante peor de lo que solemos hacer y sobre todo, salir del agua muy tocado.


Aun así salimos primeros de nuestra categoría y segundos de la general. Aunque Roberto ya me avisa que nuestro principal rival lo tenemos detrás. Transición rápida y empezamos a correr. Mal desde el primer metro. Voy ahogado, sin buenas sensaciones, me cuesta correr fluido y no hablemos de respirar. Roberto va muy bien, me anima, me controla respiración y me hace correr. A mitad de la primera vuelta nos pasan nuestros amigos y rivales (por ese orden) Dani y Jon. Hacemos intención de seguirles, pero yo no puedo. Se nos van, aunque no demasiado. Casi al final de la primera vuelta empiezo a recuperarme, a poder estirar la zancada, respirar bien y a correr a los ritmos que tengo en las piernas.

Recortamos bastante tiempo, nos ponemos segundos de la general y de nuestra categoría, apretamos hasta el final y entramos a 30 segundos del oro. Aunque es inevitable pensar que hubiera pasado si en agosto hubiera nadado, un subcampeonato del Mundo es premio más que suficiente a nuestra corta pero intensa trayectoria.

Roberto dice que me emocioné un poco en la recta de meta, pero eso lo negaré siempre. En esos segundos te vienen a la cabeza todos esos momentos duros, horas de entrenamiento, derrotas morales, decepciones y tienes muy claro que TODO vale la pena. Ojalá hubiera estado allí toda nuestra gente para disfrutar el momento con ellos. Pero hace tiempo me dijeron que no hace falta estar para ser, y así es.

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