Esta era una de las carreras marcadas en rojo en el
calendario. Menos de una semana antes del mundial y sobre todo, en mi casa.
Siempre hace ilusión correr cerca de donde entrenas y vives, porque con un poco
de suerte tu gente se desplaza a verte. En este aspecto no tuvimos un poco de
suerte, tuvimos MUCHA suerte. Increíble la cantidad de gente que vino
expresamente a vernos. Os debemos una, aunque sabemos que no os aburristeis
viendo nuestra carrera.
Nos presentamos en la línea de salida con muchas ganas de
hacerlo bien, de demostrar todo el trabajo hecho este verano (que no ha sido de
vacaciones precisamente) y además con la ventaja de poder dormir en casa el día
antes de la prueba. No os imagináis lo que esto significa a nivel de descanso,
alimentación, viaje, coste, etc.
La carrera tuvo su punto clave en la salida del agua. La
rampa de salida estaba más alta que de costumbre con tan mala suerte que Insu
se dio de frente con ella (todavía no sabemos como yo no me la comí). Yo nada
más llegar me levante, pero Insu se quedó en el agua y tarde unos segundos en
darme cuenta de que había pasado. Me asusté porque el pobre se quedó aturdido
por el golpe y no me contestaba, aunque estaba consciente. Aquí tenemos que
agradecer la ayuda de los voluntarios y Cruz Roja que actuaron magníficamente.
Lo que nadie esperaba es que cuando se recupero un poco, me
miró fijamente y muy serio me dijo: “vamos a seguir, hay que entrenar”. Le
taponaron la herida con gasas y no quedó otra que coger la bici. Estábamos
bastante fuera de carrera, pero aun así, conseguimos acabar terceros y a un minuto
del oro. Nos alegramos por Jota y Nacho, campeones de España y Dani y Abraham,
subcampeones. Todos ellos se lo merecen tanto o más que nosotros. Demostraron
el nivel que hay en España en triatlón y que el más mínimo error se paga caro.
Enhorabuena amigos!
Al llegar a meta fue cuando ganamos el maillot por puntos,
ya que la brecha quedó en tres puntos de sutura (sin anestesia porque teníamos
antidoping). Si algo quedó claro son las ganas, valor, ambición y cojones que
le echa Insu a cada cosa que hace, con o sin dorsal. No paró de repetirme la
gente lo afortunado que soy por el bicho que llevo al lado, lo sé.