miércoles, 10 de junio de 2015

World Paratriathlon Event Besançon

 
Hasta el miércoles de esa misma semana no teníamos claro si finalmente asistiríamos. Las pruebas internacionales funcionan así, hay un límite de plazas y hasta última hora te pueden llamar para competir. Competíamos el domingo, así que teníamos tiempo de sobra para organizar el viaje (nótese la fina ironía). Dado que los billetes de avión estaban a precios prohibitivos y que la ONCE nos volvía a ceder la furgoneta, decidimos viajar en primera clase, pero sobre ruedas.

Salíamos el viernes justo después de comer. Para sobrellevar mejor los casi 1300km, además de Roberto, vinieron mi padre y mi tío como conductores. De momento no me dejan conducir a mí, lo seguiré intentando. Para llegar lo mejor posible, llevábamos un kit de viaje digno de mencionar: medias de compresión, electroestimulador, gel frío y comida para un ejército. A las 4 de la madrugada llegábamos, directos a dormir.

A la mañana siguiente nos reuníamos todo el equipo de paratriatlón para reconocer circuito de bici y carrera. Lo habían cambiado respecto al año anterior. Esta vez circuito llano, sin ninguna curva, dos giros de 180º y asfalto perfecto, para volar. A nosotros nos encantó. Por la tarde reunión técnica, a la cual llegamos de milagro, cena todos juntos y a descansar, que el cuerpo lo necesitaba. Parece que no aprovechamos los viajes, porque llegamos y lo único que hacemos es competir, encerrarnos en la habitación y salir para comer. Pero si queremos rendir al 100% el día de la carrera, es lo que debemos hacer.

El domingo competíamos a las 11:30, así que pudimos dormir mucho y muy bien, nos despertamos al 120%. Pronto por la zona de transición, tener todo claro y controlado y a prepararnos para nadar. Se nadaba en un río con corriente a favor, para contrarrestar esto la distancia la aumentaron hasta casi 1km, perfecto. Salimos fuertes (yo al menos) e intentar aguantar el ritmo. Salimos primeros de nuestra salida y con la sensación de haber nadado muy bien. Transición, esta vez me costó a mí un poco más de lo habitual, y a dar pedales.

Intentamos llevar un ritmo alto para que tardaran el máximo posible en cogernos por detrás. Al final de la primera vuelta nos alcanza nuestro amigo Dani Llambrich. Lo cogemos como referencia y seguimos su ritmo. A mitad segunda vuelta nos pasan los franceses, pero tampoco se nos van demasiado. Desde fuera debió ser una carrera espectacular, 3 tándems seguidos y marcándose entre ellos. Para nosotros estar ahí fue una sorpresa. Sobre el papel ambos tienen mejor nivel ciclista, pero a base de ganas y piernas pudimos aguantar con ellos y demostrarnos que estamos ahí. Al final de la última vuelta nos alcanzo a todos el tándem italiano, para así entrar juntos a la segunda transición. La carrera a pie iba a ser bonita.

Nos quedamos un poco detrás en la entrada a boxes, aun no sabemos muy bien porque, zapatillas de correr y a cazar por delante. Sabemos cómo corren nuestros rivales y el pódium estaba muy difícil, además, bajamos a correr bastante tocados, pero así es el triatlón! Primera vuelta sin ver a nadie, en un circuito lleno de giros y de trampas para los deficientes visuales. Al empezar la segunda ya vemos a los italianos y nos lanzamos a por ellos. Les pasamos e intentamos aumentar un poco el ritmo para que no se nos pongan a rueda. Apretamos dientes hasta meta y entramos 5º pero lo más importante, las diferencias con los de delante se van reduciendo carrera a carrera. Nos vemos más competitivos y fuertes en todos los segmentos.

Con esta sensación de trabajo bien hecho, satisfacción y ganas de más, las 13 horas de vuelta a casa fueron más amenas.

jueves, 4 de junio de 2015

World Paratriathlon Event London


El viaje empezó justo una semana antes, el viernes por la tarde cuando nos avisaron. Tocaba buscar vuelo y hotel para la semana siguiente! Desde ese día teníamos claro que lo más fácil del viaje iba a ser competir. Como me dice Roberto “es para lo que entrenamos”. El resto de organización es nueva para nosotros y toca hacerlo en el poco tiempo libre que nos queda entre el trabajo y los entrenamientos.

El miércoles pasamos por Bicicletas Lluch, en la Pobla de Vallbona, para que nos preparara el tándem. Lo facturamos en el avión, así que teníamos que meterlo dentro de una caja. En la imagen se ve perfectamente lo que esto supuso.

Jueves por la mañana salíamos de Manises y a la una del mediodía estábamos en el aeropuerto de Stansted (Londres). Poco después llegaban nuestros compañeros de selección y todos juntos nos fuimos hasta Londres. Una vez en el hotel, lo teníamos muy cerca de donde competíamos, montamos el tándem, comprobamos que todo estaba correctamente y a cenar y descansar. Como anécdota nos encontramos a Mario Mola y Carolina Routier paseando después de cenar, muy agradables ambos. El viernes lo dedicamos a ver los circuitos y acudir a la reunión técnica. Además de recibir la visita de nuestro gran amigo Sergio. Pronto a dormir con todo preparado para el día siguiente.

Sábado nos despertábamos un poco antes de las 7 para poder estar a las 8 en Hyde Park. Preparamos todo como ya tenemos más que estudiado, neopreno puesto y a esperar la salida. Poco después de las 9:30 empezamos a nadar. Justo antes de la salida Roberto me recuerda: “nuestra carrera” y así fue. Salimos nadando suave, pero con un punto más que en Madrid, llegamos a la primera boya y nos pasan por la izquierda una pareja. Me pongo cómodo a sus pies, pero no sé qué hago y en la siguiente los pierdo. Bueno, no pasa nada. Salimos y en la transición vemos que son los polacos y que hemos salido segundos. Muy mal no hemos nadado. Transición rápida y a pedalear.

Ya éramos conscientes de que la bici es nuestro peor sector, pero aquí nos quedó muy claro. Circuito llano, únicamente con dos giros de 180 y una curva en forma de S. Nos pasaron dos tándems y vimos que están en “otra liga”. Nosotros a lo nuestro, dándolo todo. Ya vendrán tiempos mejores (de nivel deportivo y de material). Nos bajamos a correr sin tener referencias delante, pero con mucha fuerza ambos. Primera vuelta controlando el ritmo, pero ya nos damos cuenta que el 3º muy lejos no está y vamos a por él. Las siguientes dos vueltas vamos aumentando el ritmo, viendo que recortamos por delante. Entramos a meta cuartos pero a menos de 50 segundos del pódium.

Nos hemos visto ahí, luchando con la élite mundial, peleando de tú a tú. Somos conscientes de que nos queda mucho camino por delante, mucho por mejorar y que esto no es más que el principio.


Después de esto vino lo mejor. Volver corriendo al hotel, desmontar el tándem para meterlo de nuevo en la caja, gestionar el regreso hasta el aeropuerto, cargar con todos los trastos por Londres, comer, etc. Menos mal que allí teníamos a nuestros amigos Paula y Pelayo (y más amigos suyos que nos echaron una mano) y nos facilitaron todo muchísimo. A la una de la noche estábamos en el aeropuerto. Descansamos como pudimos y a las 7 volvíamos a Valencia, cansados hasta el extremo, con las piernas destrozadas y con una sonrisa enorme. Y lo más importante, pensado ambos “todo esto ha valido la pena”.