viernes, 14 de julio de 2017

Copa del Mundo Altafulla


Qué diferencia hay entre competir en Altafulla, Tarragona, a apenas dos horas de casa y Yokohama o Kitzbuhel. Cierto es que una vez hemos vuelto a casa el recuerdo que deja una competición en la otra punta del globo es más bonito. El simple hecho de descubrir mundo mola, pero hacerlo compitiendo le añade un factor de estrés y dificultad logística importante. Si a esto le añadimos que el coste del viaje sale de nuestro bolsillo (y esto al final es un trabajo para nosotros), es como pagarnos el viaje de trabajo.

Nos apetecía hacer esta pequeña introducción. Porque cuando encadenamos dos competiciones seguidas y en una tienes que coger uno o dos aviones, un transfer de 2 ó 3 horas hasta el hotel, más la facturación siempre incómoda del tándem, y en la otra lo único que haces es coger el coche y dos horas de viaje, te das más cuenta de estas cosas. Sobre todo te acuerdas cuando te dicen eso de “qué bonito es viajar”. Sí, pero por placer.

Antes de nada tenemos que agradecer que el viaje fuera todavía más simple a nuestro compañero de categoría y amigo José Luís García “Jota”. Se encargó del transporte del tándem hasta Altafulla. Mil gracias amigo! Allí nos encontramos Insu y yo, él acudió desde Madrid y yo fui desde Valencia con mi hermano, Alba y Jocelyn Brea. Viaje fácil, corto y con buena compañía, lo dicho, un placer.


Llegamos el sábado para comer, así que descansar un poco, reunión técnica y natación en el mar con Insu que casi nos cuesta muy caro. Cabe destacar que cada vez somos más en nuestra categoría y el nivel es más parejo. Todo un aliciente para competir (esperemos que así lo vea el Comité Pralímpico y la ITU e incluyan nuestra categoría en los JJPP, por nuestra parte poco más podemos hacer).

Como viene siendo costumbre, madrugón el domingo (pobre Insu, lo van a matar) y a la zona de competición. La natación es bastante limpia aunque luchando codo con codo la posición con nuestros amigos Jon y Dani, además de la pareja italiana. Salimos los primeros de nuestra salida del agua (segundos de la categoría) y cogemos la bici sabedores que es un circuito potente, de los que nos gusta, de ir muy rápido. La verdad que disfrutamos mucho sobre la bici, lástima que se quedara un poco corto.



Nos bajamos a correr primeros y pese a una mala transición y un error por mi parte de novato (no volverá a pasar). Corremos a buen ritmo para disfrutar, lo que Insu me deja, de la victoria. Aquí os tengo que confesar que durante el tramo de carrera a pie somos rivales directos. Cuando alguno de los dos ve al otro con el más mínimo signo de debilidad, aprovecha para atacar y llevar al límite al otro. Sí, entre Insu y yo. Como él mismo me dijo: “somos amigos al cruzar la meta, en competición somos enemigos”. Os puedo asegurar que siempre es así.