martes, 5 de enero de 2016

Porqué triatlón

Esta es una de las preguntas que más me suelen hacer, ¿por qué triatlón? Pocos deportes hay que tengan más complicación (que no significa que sea más duro o tenga más valor que el resto) pero al juntar tres disciplinas hace que cuadrar entrenamientos, horas de dedicación diarias, necesidad de material, logística en desplazamientos y la necesidad de un guía en mi caso, sea un punto extra.

Primero de todo, porque antes de que la enfermedad de Best avanzara, ya hacía triatlón. Ni mucho menos a este nivel, pero ya había probado el multideporte. Sí que es cierto que desde los 9 hasta los 20 y pocos años practicaba natación, pero la personalidad de aquel Héctor poco tiene que ver al de ahora. Cuando volví a hacer deporte, lo que realmente me gustaba era entrenar, machacarme, era una víctima más del sobreentrenamiento.

Cuando entré a la ONCE y expuse mi caso, el ofrecimiento fue sencillo “si hacías triatlón, sigue haciéndolo”. Tras un tiempo de dudas, me decidí y enseguida me convencí. Como suelo decir, es lo mismo que hacía, pero de otra forma y seguro que no es peor. Puedo seguir entrenando sin descanso y competir a un nivel que antes era impensable.

Sí que es verdad que he probado alguna de las disciplinas por separado, pero siempre como preparación para el triatlón y teniendo claro cuáles son los objetivos. Cuando desapareció el sueño paralímpico de Río 2016 fue mucha la gente que me dijo que probara en otro deporte. Sinceramente es algo que de momento no me planteo. No sé si podría lograrlo o no, pero tengo claro cuál es mi deporte y que si en Tokyo 2020 nos dejan, allí estaremos.